A veces cuando piensas que tienes mala suerte, solo hace falta paciencia porque una nueva oportunidad está a punto de aterrizar. Eso es lo que me ocurrió con Carvajal & Portell, que fue como un aire fresco a mi búsqueda intensiva de prácticas con las que poder adentrarme en el mundo laboral.

Si al ver el logotipo de la Agencia, sonríes y recuerdas cualquier anécdota es que algo han hecho muy bien. Lo primero que me enseñaron, casi sin darse cuenta, es el placer de ir contenta al trabajo, aquella sabiduría que no se esfuma con el tiempo.

El marketing era para mí un bosque sin explorar, por lo que siempre estaba escuchando nuevos conceptos e ideas creativas que hacían de aquello una melodía para descifrar. Aunque esa no era mi labor, me acogieron en sus debates y en su forma de ver el mundo como una más del equipo. Porque déjame decirte que no todas las empresas forman equipo.

La timidez que me amarraba, poco a poco, con pequeños gestos, fue soltando el nudo, hasta que a día de hoy, ya casi ni la veo por la oficina. En mi afán por causarles una buena impresión me preguntaba si les estaba siendo de ayuda. Cuando te demuestran un verdadero interés en que aprendas, tu ilusión vuela un poco más alta.

Me  llevaré conmigo pequeñas píldoras que utilizaré en un futuro, como negociar con los clientes, el diseño web, el posicionamiento SEO, las métricas, la planificación estratégica de las campañas y muchas herramientas que desconocía. Sin duda conocimientos muy útiles, pero percibí también valores que envuelven esos conocimientos para que puedan florecer, compromiso, responsabilidad, dedicación.

Como podéis comprobar mi vena periodística literaria está muy arraigada pero cuando la escritura juega con el marketing y la comunicación en internet, la victoria está aún más cerca. Y es que lo que se enseña con el corazón y el humor es difícil de olvidar.

¡¡Mucha suerte Equipo!!