Cosas que las nuevas marcas debieran saber sobre el SEO…

Cosas que las nuevas marcas debieran saber sobre el SEO…

«¿Cuánto crees que tardará el SEO en hacer que mi nueva empresa aparezca entre las primeras páginas de Google?» me preguntaba recientemente un cliente. «Ni lo sé yo, ni lo puede saber nadie. Tan siquiera Google», le contesté. «Solo te puedo decir que si no nos preocupamos en trabajar el SEO, no aparecerás nunca».

Todos estamos de acuerdo en que aparecer en una buena posición dentro del SERP (página de resultados del motor de búsqueda) de Google es algo básico para los intereses de cualquier empresa con presencia en la Red. Pero para conseguir posicionar bien, es importante conocer el funcionamiento de los motores de búsqueda, que se basa en tres procesos primordiales: rastreo, indexación y clasificación (o Rankeo, que tengo entendido que como palabra mola mucho más).

Durante la fase de rastreo, el crawler (software que rastrea webs) analiza una URL, sus contenidos, los metadatos… y almacena toda esa información en una base de datos. La mayor parte de los esfuerzos del SEO se centran en conseguir facilitar la labor a este husmeador incansable de Google, máximo exponente de lo que conocemos como Inteligencia Artificial, para entregarle los contenidos de la forma y manera que entendemos que se le antojan más apetitosos, y con los que mejor pueda dar respuesta a las solicitudes inquisitivas de su público objetivo, que también es el nuestro.

Los otros dos procesos son fundamentales para contextualizar todo el proceso: una vez que una página está indexada en una categoría relevante es apta para aparecer en búsquedas, aunque nada garantiza que los usuarios puedan llegar a verla en las primeras páginas del SERP. Con respecto a la clasificación, los motores de búsqueda muestran el resultado que han indexado según lo que entienden que tiene de mayor a menor relevancia para los internautas. Esta clasificación se basa en los datos que se recibieron durante la fase de rastreo, pero también en la manera en la que los usuarios responden ante ciertas opciones de navegación, el tráfico que existe hacia una la web, la cantidad de información de que dispone, con qué frecuencia se actualiza, el tráfico que se recibe desde páginas que tienen una buena autoridad… es dentro de los intestinillos de estos algoritmos donde se obra el milagro… o no.

Las marcas establecidas y la posición «cero»

Aparecer en la primera página de resultados, o en la codiciada «posición cero», es un reto extraordinariamente complejo, y si hablamos de términos de búsqueda comunes, prácticamente imposible para una empresa advenediza. Y esto es porque por bien que haga una agencia SEO sus labores con respecto a la optimización on page y el SEO off page, la experiencia de usuario (UX) y el tráfico son fundamentales para la filosofía de funcionamiento del servicio de Google. Esto implica que es importante mantener las páginas actualizadas y ofrecer información relevante para los usuarios, creando flujos de interés que serán tenidos en gran consideración por el algoritmo de clasificación. Las marcas establecidas lo saben y trabajan constantemente para mantenerse en las posiciones principales del SERP. Si no lo hiciesen, no durarían en tan privilegiadas posiciones durante mucho tiempo.

Pero, ¿Por qué no funciona esto para las marcas de reciente creación?

SEO y SERP

Nuestro cliente, Babcock Valves, en la primera página del SERP de Google, con un término genérico de su sector, que entrega casi 350.000.000 resultados. Si quieres conocer el case study de este proyecto web, haz click sobre la imagen.

Conseguir estar en las primeras posiciones es como intentar sacar unas oposiciones para las que hay 10 plazas y se presentan 40.000.000 de opositores.

En posicionamiento SEO se vende bastante humo, la verdad. Conseguir estar en las primeras posiciones es como intentar sacar unas oposiciones para las que hay 10 plazas y se presentan 40.000.000 de opositores. Y aún así, hay muchas agencias SEO que se atreven a garantizar un posicionamiento en la primera página. Es tan cierto que sin estudiar es imposible sacar la plaza, como también lo es que hacer un examen impecable tampoco garantiza el resultado, que es lo que los clientes quieren oír.  Es por esto que, para una nueva marca, el SEO tiene muy pocas posibilidades a corto plazo (esto es una manera suave de decir que no tiene ninguna), a no ser que estemos hablando de productos o servicios absolutamente de nicho. Las páginas por debajo de cierto umbral de tráfico se ignoran esencialmente durante el proceso de «rankeo» de términos de búsqueda de alta competencia. Si no hay tráfico hacia el sitio no se obtendrá una buena clasificación en búsquedas generales de importancia crítica y alto nivel de demanda. ¡Ojo! Esto no quiere decir que una buena estrategia SEO no sea importante. Quiere decir que, para que funcione, necesita apoyo externo y bastante tiempo de maduración.

Esto hace que sea muy complicado trasladar una estrategia de éxito de un cliente a otro. Las nuevas marcas necesitan una estrategia propia que debe planificarse para su funcionamiento en el largo plazo.

Opciones para las marcas de reciente creación

Para cualquier marca de nueva creación, la generación de contenidos de interés para su público debe ser la máxima prioridad. Hace un tiempo el mantra era «link buildinglink building…» pero hay que hacer un pacto con la realidad: «contenido, contenido, contenido». Esto pueden ser publicaciones (de interés, ¿eh?, que hay que currárselo) en el blog, contenidos de video en youTube, encuestas que provoquen discusiones en twitter, promociones en Facebook o imágenes cuidadas en Instagram. Para generar tráfico a una web lo más importante es que, el que llegue, se vaya con la sensación de que ha merecido la pena pasar por ahí y que le queden ganas de volver. Las páginas con una tasa de rebote del 90% no posicionan en las primeras páginas de Google. No señor. Entonces: ¿Que pasos debería seguir una marca de reciente creación para ir consolidando, poco a poco, su espacio?

  1. Entender a la audiencia. Antes de realizar cualquier estrategia de comunicación es necesario un primer acercamiento trazando un perfil de lo que hoy en día se ha dado en llamar «buyer persona». ¿A tu target le interesa relacionarse en Facebook? ¿Son mujeres que sortean la pandemia asomándose a la ventana de TikTok? ¿Son estudiantes que comparten memes divertidos o varones de mediana edad que se pirran por historias de cachorritos? ¿Adolescentes que tragan videos de ciencia en YouTube o sexagenarios ávidos de escuchar un podcast sobre salud y bienestar? Experimenta con distintas redes sociales, con tu blog, con el formato y el contenido de tus comunicaciones y mide siempre los resultados. Si algo ves que funciona por encima de la media, sigue por ese camino. Ni lo dudes.
  2. Que te vean como un experto. ¿Qué le interesa a tu audiencia de tu sector? No cometas el error de mostrar solo información promocional. Ni tu abuela querría pasarse todo el día oyendo hablar de ti. Si te estás vendiendo todo el rato… ¡apestas!. Un truco para saber si te estás pasando: ¿Los contenidos que produces son útiles para ti o para tu público? Si lo son para tu público, ¡enhorabuena!. Sigue por ahí. Comprométete con ellos más allá del proceso de venta y éste acabará por producirse. ¿Vendes tablas de surf? Informa sobre campeonatos, moda, tendencias, paraísos, accesorios… cuando necesiten una tabla se acordarán de ti.
  3. Maximiza tu presencia en Redes. Aunque te parezca una pérdida de tiempo. Comienza por LinkedIn, Facebook, Instagram… estudia dónde tiende a pacer su audiencia. Interactúa con ellos, comparte enlaces y dirige tráfico a tu web. Al crawler de Google le encantan las Redes Sociales. Concede mucha autoridad al tráfico que llega desde ellas. Comparte vídeos, carruseles, las publicaciones de tu blog… genera un ecosistema digital que, a la vez que se consolida, realimente tu posicionamiento en la clasificación de Google.
  4. Produce contenidos que apetezca compartir. Si estudias bien a tu público igual descubres que las cosas que comparten no coinciden estrictamente con sus necesidades. Crear publicaciones pensando en que se puedan compartir es el primer paso hacia el marketing viral; una criatura extraña y hermosa que se oculta en los recovecos de los caminos y que, en ocasiones, se deja ver en todo su esplendor. A más audiencia más posibilidades de obtener seguidores y, con ello, más enlaces y mayor potencial de tráfico hacia la web algo que, cabe recordar, «pone» bastante al spyder de Google.
  5. Combina el SEO con el SEM. Siempre se ha dicho que el SEM no favorece el SEO y eso es una verdad a medias. Directamente no lo hace, pero el marketing en motores de búsqueda es la manera más rápida de generar tráfico a unos contenidos que no lo tienen y, por lo tanto, de se pueda llegar a generar eso que se ha dado en llamar «engagement» y que significa que lo que ofreces le mole tanto a tu público objetivo que acabe aumentando su nivel de compromiso con tu marca. Si a través del SEM generas seguidores y a través de tus seguidores generas tráfico, ganarás puestos en la clasificación de Google y, por tanto, el SEM estará favoreciendo indirectamente el SEO. Sé que lo que he dicho suena a pecado, pero es la verdad. Y esa es la manera que tienen las nuevas empresas de ganar notoriedad en la Red, sin entrar en arriesgadas estrategias de compra de links «do follow», que aparecen a miles de un día para otro, desde páginas de dudosa reputación. Pagar para que te hagan caso. Ni más ni menos. Es probable que pase bastante tiempo hasta que se vean resultados reales desde el punto de vista SEO, pero centrarse en crear una la huella digital y combinarla con una estrategia de venta agresiva puede permitir a estas marcas luchar por las posiciones de cabeza del SERP a futuro.

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El arcoíris de Correos y la indignación como propulsión

El arcoíris de Correos y la indignación como propulsión

La campaña LGTBI de Correos ha sido un éxito inesperado gracias en especial a los “haters”, y a los “haters” de los “haters”. Los promotores contaban con tener presencia en algunos informativos de televisión, algo de tinta en los medios impresos y pixels en los online, comentarios en radio y poco más. El presupuesto del que disponía la agencia Grey España era reducido, no daba para comprar espacios publicitarios y hacer la típica campaña institucional. Pero, sorpresa… hay un ingrediente que se escapa al control, de características explosivas pero altamente eficaz en estos tiempos: la indignación.

… hay un ingrediente que se escapa al control, de características explosivas pero altamente eficaz en estos tiempos: la indignación.

El enfado de algunos no estaba ni en el slogan, “¡Qué bueno que cada uno sea como quiera y celebrarlo juntos!”, ni en el diseño del sello. No, no, no. La provocación vino por rotular con la bandera arcoíris instalaciones y mobiliario de Correos. En realidad, solo se trataba de nueve buzones en lugares seleccionados de Madrid, cinco furgonetas de reparto y la oficina de Correos de Chueca. El objetivo de la agencia era que se viralizaran esas imágenes. Y así fue, gracias a los “haters” de la campaña, especialmente a VOX, que consideró un gasto superfluo en tiempos de crisis cuando “no hay dinero para respiradores ni para ERTE”. Muchos de sus seguidores amplificaron la crítica y a ellos se sumó la indignación de otros muchos, que creyeron que la campaña era un gasto millonario. Y no es de extrañar que se pensase esto ya que las imágenes se expandieron por la red como la mayor de las pandemias. Sin la ayuda de tantos indignados hubiera sido imposible tal alcance con un coste tan bajo.

Y es que los números son tozudos. La recaudación por la venta del sello conmemorativo se aproxima a 30.000 euros y la producción de la campaña no llegó a 12.500 euros (2.500 euros rotular la oficina de Chueca, 164 euros por cada uno de los nueve buzones y 1.275 euros por la rotulación de las furgonetas); cantidad pírrica si la comparamos con la repercusión publicitaria valorada en 800.000 euros.

Los cineastas de mañana, en el TikTok de hoy

Los cineastas de mañana, en el TikTok de hoy

Reconozco que me gusta estar atento y curiosear para ver lo que se cuece alrededor de las redes sociales que se van haciendo un sitio en la short list del gran público. Reconozco también, que no siempre las entiendo. Reconozco una vez más que, en su día, Musical-ly no me llamó excesivamente la atención; y es que la entendí como algo muy ligado al ámbito de la «performance» musical, muy del gusto oriental. Algo así como un karaoke con stickers de animalitos amarillos con bocas desproporcionadas. Sin embargo, tras su compra por parte de Bytedance y su unión a TikTok, la cosa empezó a cambiar. Y mucho. Y rápido, que es como cambian las cosas en redes sociales.

No quiero con esto decir que una parte de TikTok no siga siendo una escuela monocorde y repetitiva de tutoriales de #suffledance, de #reggaeton, un escaparate de adolescentes, y no tan adolescentes, en poses sugerentes o un almacén de #rooftopers y #daredevils mirando al infinito, bajo la lluvia, desde la cornisa de un rascacielos de Shanghái mientras suena algo de dubstep, no sé: Alan Walker, por ejemplo.

TikTok te ofrece lo que te gusta, lo que más tiempo dedicarías a ver, independientemente de si viene de alguien a quien sigues o no.

Lo que sí que veo, y con cierta satisfacción, es la aproximación de jóvenes creadores a la producción y a la edición de vídeo: a la generación de contenidos audiovisuales más complejos con medios irrisorios. Esto abarca todos los ámbitos: guionistas, directores, técnicos de montaje, iluminadores, actores… gente que con muy pocos medios llega a generar resultados espectaculares. Se nota que TikTok ha crecido al albur de otras redes de contenido audiovisual, que muchas de sus cuentas son spin-offs de Youtube o espacios que buscan redirigir tráfico hacia Instagram, pero la diferencia con las otras redes es que su endemoniado algoritmo es tan sumamente eficiente y su velocidad de entrega de contenidos, acelerados casi de manera geométrica, te mete en un entorno tan trepidante y adictivo ante el que es difícil no sucumbir. ¿Dónde está la clave? TikTok te ofrece lo que te gusta, lo que más tiempo dedicarías a ver, independientemente de si viene de alguien a quien sigues o no. Si te gustan mucho, ya les seguirás y, si no les sigues, tampoco te preocupes, que te seguirán apareciendo.

Y entre toda esta ciclogénesis de contenidos, destacan tendencias muy centradas en la producción audiovisual, como los #transitioners, con más de 6 billones (con «b») de visualizaciones: especializados en hacer transiciones entre distintos planos que hacen que «La soga» de Alfred Hitchcook llegue a parecer lenta como la misa del Gallo. También destacan los que se especializan en «literales», en los que la imagen debe acompañar a la letra de la canción que está sonando o los especialistas en loops, en el que es fácil quedarte viendo una y otra vez el mismo vídeo de 15 segundos sin darte cuenta de que ya ha terminado…  También es fácil encontrar fotógrafos o especialistas en vídeo que desarrollan sus propios tutoriales para difundir su know-how, y ver después a un sinfín de seguidores poniendo en práctica lo aprendido y compartiendo los secretos de la producción a su vez.

Y no quiero olvidar a los generadores estrictos de contenidos, que con poquísimos medios son capaces de mantener una legión de seguidores gracias a lo rápido, desenfadado y natural de sus propuestas. ¿Y cuál es la diferencia con Youtube? La velocidad. Historias completas en 15 segundos. En un minuto, a lo sumo. Siempre hay tiempo para una más. Siempre hay tiempo para seguir perdiéndolo en TikTok. Me recuerda al viejo slogan de las patatas Lays: ¿A que no puedes comer sólo una?

Todo esto me hace pensar en los cineastas de mañana. Seguro que muchos de ellos están floreciendo en el TikTok de hoy.  Acostumbrados a sacar chispas con escasos medios, ¿qué no harán en unos años a nada que consigan financiación? No puedo evitar pensar que serán producciones en las que la naturalidad será un valor, también serán rápidas, trepidantes, reflejos críticos de la realidad y sobre todo, rebosantes de creatividad. Eso pienso. Luego, ya será lo que tenga que ser. O no.

Covid-19: todos podemos hacer algo

Covid-19: todos podemos hacer algo

Cuando empezó la situación de confinamiento por la pandemia del coronavirus empezamos a ver que algunas empresas, como Inditex, Seat, Mango, L’oreal, El Corte Inglés, Pernod Ricard… ponían su capacidad logística y productiva al servicio del bien común. Además de estas grandes empresas, un sinfín de pequeñas y autónomos se pusieron también manos a la obra, convencidos de que este problema lo resolvemos entre todos. Y de igual manera nos pusimos a pensar cómo podíamos nosotros aportar nuestro pequeño granito de arena.

Somos muy pequeños, pero ganas no nos faltaban. Es esas estábamos cuando nos topamos con una iniciativa en LinkedIn que nos pareció perfecta para la situación por la que estábamos pasando: Opensalud abría su plataforma para que médicos, psicólogos y nutricionistas ofreciesen servicios de teleconsulta gratuita.

Opensalud ofrecía una plataforma de consultas a través de ordenadores, tablets y móviles, a médicos que quisieran ser voluntarios durante la crisis del Coronavirus. 

Opensalud es una plataforma que permite hacer consultas médicas a través de dispositivos móviles y que cuenta ya con más de 400 profesionales registrados, aunque esta cifra cambia día a día. Normalmente, los médicos pagan un canon a la plataforma para contar con un canal alternativo con el que dar asistencia a sus clientes, que es complementario a sus consultorios. Tiene como ventajas la inmediatez, la comodidad al evitar desplazamientos, la facilidad de uso y permite descongestionar las consultas físicas. Pero en éste caso, además, evita que exista el contagio entre médico y paciente, con lo que impide la propagación del virus y permite estar en activo a doctores que, por constituir grupos de riesgo, no pueden estar en primera fila.

En Carvajal&Portell nos ofrecimos para desarrollar la campaña de Opensalud en redes sociales

Además, desde Opensalud no solo buscaban médicos, sino que también psícólogos e iban un paso más allá: nutricionistas. De esta manera nos dijeron que podían dar apoyo a las personas que hubiesen perdido un ser querido en esta situación tan dramática, que impide dar a los fallecidos un último adiós en condiciones, y también velar por las personas que nos encontramos en situación de confinamiento, a los que esta situación de vida sedentaria, sin duda, nos pasará factura.

La idea es mantener la iniciativa mientras dure la crisis y, como agradecimiento a los voluntarios, Opensalud les permitirá usar su plataforma de manera gratuita hasta final de 2021.

Desde Carvajal & Portell nos pusimos inmediatamente a su disposición para desarrollar gratuitamente la campaña que permitiese hacer llegar el mensaje por medio de RRSS -principalmente LinkedIn, Instagram y Facebook- y les brindamos toda nuestra colaboración, bastante escasa, por cierto, pero colaboración al fin y al cabo. Y es que si entre todos sumamos un montón de pequeñas iniciativas, seremos capaces de alcanzar cualquier meta que nos propongamos.

#YoMeQuedoEnCasa

Artículo publicado en El Conficencial sobre la iniciativa de Opensalud.

 

Social posing

Social posing

Mientras paseaba esta mañana por el puerto de la bonita villa de Castro Urdiales, se ha parado junto a mí un Volkswagen Golf con una pareja de veinteañeros en su interior. De él ha bajado una joven con aspecto agradable y, con una gran sonrisa y con fuerte acento del este, me ha preguntado: ¿Puedes hacerme una foto, por favor? Me ha tendido un móvil con una funda incomprensible y he buscado primero dónde estaba el objetivo, para asegurarme de que no quedaba tapado por la propia carcasa o que no le plantaba todo el dedazo en su mitad. La chica se ha colocado, se ha ajustado el pelo, ha esgrimido una bonita sonrisa y me ha dicho: «Ya»

Yo, por mi parte, he buscado un buen encuadre con el conjunto histórico al fondo y los barcos pesqueros a un lado, he ajustado la luminosidad dando preferencia a su cara y he disparado primero una foto y luego otra, un poquito más clara, por si acaso. Cuando le iba a entregar el teléfono, la chica me ha preguntado: ¿Puedes sacarme alguna más? Entonces es cuando ha comenzado el show. Medio lado, culo para fuera, cabeza caída y disparo; manos en las caderas, cabeza ladeada, carita de malota y disparo; ojos entrecerrados, pose de «qué ahí allá al fondo mientras estoy aquí yo tan guapa», brazo derecho cruzado agarrando el hombro izquierdo y disparo; me sujeto la parte superior del culo, mientras saco la cadera, estiro la tripa y fuerzo las dorsales hasta parecer una gamba mientras me muerdo el labio inferior y disparo; una pierna muy recta y la otra flexionada por la rodilla, un pie de puntillas sobre el empeine del otro, al tiempo que acaricio levemente mi mejilla mientras miro nostálgica a los barcos que se mecen suavemente sobre las aguas y disparo; despeino mi pelo, agresiva pero casual, y pongo cara de ir a saltar a una crujiente yugular, mientras estiro mi cuerpo para enseñar el ombligo -con este día, se va a enfriar- y me apoyo de espaldas sobre la barandilla y disparo… juro que a estas alturas de la película he empezado a pensar que era, siendo hoy 27 de diciembre, una inocentada.

He estado a punto de  darme la vuelta porque estaba seguro que su pareja me grababa desde el coche para subir el vídeo a youtube. O a su historia de Instagram. O era una inocentada o era simple adicción al postureo social. Eso también explicaría la dejadez de la persona que se había quedado en el coche, que seguro que estaba harto de vivir sacando instantáneas de su «musa»: musa que ahora metía los pulgares dentro de la hebilla de su cinturón, empujaba los pantalones hacia abajo y sacaba los morritos dos dedos por delante de su nariz mientras yo tomaba otra instantánea. Me gusta mucho la fotografía, así que he seguido disparando, intentado hacer las fotos tan bien como el teléfono lo permitiese. Juro que llevaba hechas unas 35 ó 40 fotos. No tengo pruebas, pero apostaría a que la carga de su Android ha bajado, al menos, en un 20% durante todo ese tiempo.

Hemos llegado a un punto en que la complicidad entre la modelo y su fotógrafo era semiprofesional.

Cuando creía que ya había terminado todo y le iba a devolver el móvil, me ha suplicado, con su fuerte acento y su carita de gremlin antes de caer a la piscina, que le saque unas pocas más sentada. Ahi hemos vuelto a empezar: que si las piernas caídas desde el dique, que si oteando el infinito sideral, que si mirando al mar con el culo reposando sobre los talones, que si sentada como una apache y abriendo la boca como si le acabasen de regalar un cachorrito, que si sujetando la barbilla que, últimamente, parece que pesa demasiado… he acabado, por mera empatía, casi por los suelos, buscando el encuadre más original o el que mejor pudiera recoger el producto de su expresión. Habíamos llegado al punto en que la complicidad entre «modelo» y «fotógrafo» era semiprofesional. Un momentazo, vamos.

Ya estaba empezando a echar de menos un ventilador gigante, para dar algo de dinamismo a su pelo, cuando por lo que se ve, mi modelo ha creído que era suficiente y, colmados sus deseos, se ha venido hacia mí, ha cogido su teléfono, ha mirado las fotos con seriedad profesional y, una vez vistas, me ha dado las gracias con una envidiable sonrisa infinita, de esas que no se pueden inventar, que te salen cuando estás satisfecho de verdad. Después se ha subido al coche y se han marchado tan rápido como habían llegado.

Yo he seguido mi camino pensando, con envidia, en el desparpajo con el que nos suele barnizar la juventud pero, también -y sobre todo- en por qué no han aparcado el coche, por qué no se han bajado, por qué no han ido hasta el ayuntamiento y los soportales, por qué no han paseado por las viejas calles del centro, por qué no han llegado hasta la iglesia de Santa María y al faro, o al conjunto del puente romano y la ermita de Santa Ana o en por qué no han ido a recorrer el espigón para escuchar el tintineo de la suave mecida de los veleros a refugio. ¿Eso era todo lo que quería llevarse de Castro Urdiales? ¿Unas fotos para sus redes sociales? ¿Por qué es más importante mostrar que has estado en un lugar que disfrutar de lo que ese lugar tiene para mostrar? Mientras seguía caminando no he podido evitar pensar en que la diferencia entre lo que queremos parecer en las redes sociales y lo que somos en realidad, refleja la unidad de medida de nuestra propia frustración.

La revolución del directo

La revolución del directo

En este momento, un simple botón en nuestros teléfonos móviles nos permite iniciar una retransmisión de vídeo en directo. Un 91% de los dispositivos en España incorporan ya conexión a Internet y 9 de cada 10 usuarios pueden lanzar contenidos en vivo desde cualquier lugar. Si el año 2016 se ha caracterizado por la revolución de esta nueva forma de comunicación a través de las redes sociales, el 2017 será el año en el que se asiente y perfeccione.

Todo comenzó con el lanzamiento de Periscope, la primera aplicación que permitía el vídeo en directo que no dejó indiferente a nadie. A los tres meses de su puesta en marcha en el 2015 ya contaba con 10 millones de usuarios activos y al final del primer año, superaba las 200 millones de retransmisiones. Fue Twitter quién tomó testigo de esta innovación y la incorporó enseguida a su aplicación.

El resto de las redes sociales se han ido sumando a este nuevo formato ofreciendo servicios adicionales y oportunidades al usuario. Facebook Live Video en un principio sólo estaba disponible para personajes públicos pero más tarde la opción streaming pasó a estar en manos de todos los usuarios de la plataforma. Las novedades que añadió fueron entre otras: las reacciones mediante emoticonos, la aplicación de filtros, realización de encuestas en directo, posibilidad de dibujar doodles en la pantalla.

Recientemente se ha sumado a la iniciativa Instagram Live. La aplicación había lanzado el pasado mes de julio Instagram Stories compitiendo con Snapchat con la posibilidad de subir fotos y vídeos a la historia del usuario y de que estas desaparezcan pasadas las 24 horas. Desde noviembre, permite la emisión de imágenes en directo y a diferencia de las otras redes sociales, en esta los vídeos no se guardan en el perfil por lo que no es posible su visualización en diferido.

YouTube, que siempre trata de mantenerse como principal plataforma en la transmisión de este tipo de contenidos, lanzará mañana una nueva herramienta: Super Chat. El fin es que, tanto aficionados como creadores de vídeo, establezcan una conexión más fluida durante los directos. Cualquier usuario puede comprar Super Chat y de esta forma, resaltar su mensaje entre la multitud que recibe el creador.

Está demostrado que los vídeos en vivo y en directo atraen mayor cantidad de interacción: multiplican hasta en un 50% el índice de respuesta en comparación con otros contenidos audiovisuales, aumentan el número de ‘me gustas’ y los comentarios de las publicaciones. Los que se pueden beneficiar de esta nueva herramienta son muchos, tanto empresas como medios de comunicación o políticos, entre otros.

Esta vía de comunicación es eficaz siempre y cuando se logre poner al usuario en lugar de la otra persona, sólo así captará su atención, y para ello, debe conocerse cuál es el público target y la manera de llegar a él.

No pensemos que tener al alcance esta nueva forma de comunicar significa que tengamos que utilizarla para absolutamente todo. De hecho, no debemos. A la hora de retransmitir imágenes en directo sería conveniente tener en cuenta ciertos factores:

  1. ¿Es necesario emitir en directo a través de las redes sociales?

Tiene muchos más riesgos que la emisión de un vídeo en diferido, con su edición y montaje. Algunos de los fallos que nos podemos encontrar es una mala iluminación o audio, un horario inadecuado para nuestra audiencia o cualquier tipo de imprevisto como lo puede ser un fallo de conexión. Por otro lado, no debemos excedernos con los contenidos, retransmisiones constantes y sin importancia. Tres casos claros que merecen la pena ser retransmitidos y que añaden valor a nuestra marca son:

  • Lanzar un nuevo producto
  • Mostrar cómo se usan tus productos (trucos, consejos…)
  • Entrevistar a alguien relevante y/o responder preguntas
  1. ¿Qué plataforma conviene utilizar?

Hoy contamos con varias plataformas que permiten la retransmisión en directo mediante nuestras redes sociales y por ello, debemos escoger aquella en la que nuestra audiencia sea más potente y podamos ejercer mayor influencia. Algo a tener en cuenta, también, es que el visionado de contenidos en algunas de ellas no es posible una vez finalizado el directo, como es en el caso de Instagram.

  1. Vídeo en directo no es sinónimo de improvisación

Y este es un grave error de principiante. Toda estrategia de comunicación requiere previamente una planificación, un motivo y objetivos claros.

El vídeo en directo es una potente herramienta y con un buen uso de ella puede llegar a convertirse en un pilar de confianza entre la marca y el público. A los consumidores digitales les transmite credibilidad porque ven las cosas tal cual son. Además de ser mucho más efectivo para captar clientes y aumentar ventas, uno se puede ahorrar buena parte de la inversión publicitaria.

Otras de sus ventajas:

  • Mejora posicionamiento SEO
  • Incremento del recuerdo de la marca
  • Mayor engagement y efectividad
  • Aumenta la tasa de conversión

Esta revolución sólo acaba de empezar. Habrá mejoras que estén por llegar y que decidirán finalmente cuál va a ser el papel de la emisión en directo. Durante el año pasado, se trabajaba para potenciar el vídeo y hoy, se apuesta por que los usuarios se lancen y emprendan un camino con esta nueva estrategia.

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