Recientemente, Adobe Photoshop ha cumplido 25 años, durante los que se ha mantenido como líder indiscutible en un sector en el que su marca se ha convertido en un auténtico referente del procesado de imágenes digitales, pero… ¿por cuántos años más?
Vivimos en una época en el que el ciclo de vida de las empresas tecnológicas se ha acelerado vertiginosamente, siendo aproximadamente de unos 17 años. Esta cifra contrasta poderosamente con los estudios realizados durante los años 70, en los que las grandes corporaciones tenían una esperanza de vida de más de 60 años. La introducción de las tecnologías más avanzadas ha traído consigo una rápida decadencia de marcas comerciales que, a priori, estaban destinadas a liderar el mercado. Todos recordamos casos como los de Nokia, Kodak… y si nos centramos en el campo del software, es más exagerada aún la tendencia. La propia Adobe retó a líderes de la manada hasta acabar con ellos (pocos diseñadores olvidan el caso de Aldus – Macromedia FreeHand, un auténtico standard de mercado, eliminada por la propia Adobe para potenciar sus aplicaciones Illustrator e Indesign) Tampoco corrieron mejor suerte QuarkXpress, Macromedia Director, FrontPage, PageMill… incluso a Dreamweaver sufre el ataque de los CMS open source y Flash languidece víctima de la apuesta decidida de Apple por HTML5.
Pero en un mundo tan acelerado, Adobe mantiene, con Photoshop una posición que parece intocable… ¿o tal vez no? Es posible que, desde que Thomas Knoll escribiese las primeras líneas de código desde la Universidad de Michigan, éste sea el momento más delicado para la aplicación de retoque de imágenes, y en esta ocasión, las aguas no se filtran a través de la capacidad técnica de las aplicaciones, sino que entran a través de la grieta abierta por el sistema de comercialización del la Creative Suit del gigante del software.
Y es que ya no es posible hacer una inversión importante en software y estirarlo durante unos cuantos años para sacarle rentabilidad. El modelo único de pago existente actualmente en Adobe implica el pago mensual de una cantidad accesible, que ofrece la ventaja de trabajar en la nube y se mantiene permanentemente actualizada. Sin embargo, a largo plazo, Adobe consigue que convertir a sus clientes en subscriptores, creando clientes cautivos. Los usuarios se mantienen perfectamente actualizados, previo pago de una cuota mensual engañosamente reducida pero… ¿Tanto nos aporta cada una de sus nuevas actualizaciones? ¿No hemos llegado al punto en el que la campana de gauss inicia su descenso, en una matriz «características – productividad»? ¿Requiere nuestro trabajo, realmente, equipos y software de acelerada obsolescencia? A día de hoy, una furgoneta de reparto resulta más productiva, desde el punto de vista de la rentabilidad, que un buen hardware cargado de software actualizado.
Y el sector se ha dado cuenta. Desde hace unos meses están apareciendo una serie de aplicaciones de retoque y producción de imágenes raster y vectoriales, herramientas de coste contenido y de funcionalidades muy profesionales, que desafían al macho alfa de la manada. En el sistema de comercialización es donde han encontrado su oportunidad de negocio, y están decididos a explorarla. Compañías de Software, como Affinity, están sacado unas primeras versiones al mercado de aplicaciones de retoque profesional de imágenes raster (Affinity Photo) o incluso de dibujo vectorial -especie en peligro de extinción- (Affinity Designer), la primera gratuita en formato beta, y la segunda al irrisorio precio de 50 € y con actualizaciones gratuitas de por vida. Todas ellas aplicaciones profesionales, serias y capaces. El único obstáculo que se interpone entre ellas y el éxito, no está hecho de parámetros racionales, entendiéndose como tales la funcionalidad y el coste, sino que de aspectos más mundanales: como los afectos personales o la resistencia al cambio en nuestras rutinas de trabajo. ¿Será un obstáculo demasiado grande como para que pueda ser obviado por las nuevas generaciones de diseñadores gráficos? ¿Conseguirá Photoshop resistir otros 25 años a los ataques de una nueva generación, joven y sobradamente preparada?
Esto es auténtico marketing 360º. En serio. En Siri. Y es que la compañía de la manzana mordida ha convertido a su asistente de voz en una herramienta de marketing más, de cara al lanzamiento del nuevo apple watch.
Apple ha utilizado todos los medios a su alcance para conseguir que el nuevo wearable sea todo un éxito: desde campañas en revistas de moda -como Vogue- hasta, y esto sí que es nuevo, su propio asistente de voz, Siri, presente en su sistema IOS desde hace unos años.
Siri se ha caracterizado siempre por ofrecer respuestas socarronas a preguntas capciosas o absurdas, pero ahora en cada una de sus respuestas aprovecha para ensalzar las bondades del Apple Watch. Ésta es una de las múltiples respuestas que ofrece cada vez que se le pregunta «¿Qué haces?»
En sus diferentes contestaciones, Siri, hace hincapié en la maquinaria específica que ha sido necesaria para perfeccionar las cajas del Apple Watch, habla sobre sus conversaciones con los expertos metalúrgicos que trabajan para la compañía, o de la emoción con la que espera la llegada del reloj inteligente de Apple.
Sin embargo, cuando le preguntas si quiere un Apple Watch, reconoce que son muy pocas sus necesidades. Entre ellas no se encuentra adquirir uno 😉
Antes de tener fecha definitiva de lanzamiento en España, la empresa de Cupertino procura que todo sus potenciales clientes están pendientes del nuevo producto, producto perfectamente segmentado para ser ambicionado por todo tipo de públicos: desde el usuario de perfil tecnológico, hasta aquellas personas que estén dispuestas a gastarse 10.000 € por un reloj con idénticas prestaciones que las del equipo de 400 € porque, ¿Quién, con el suficiente dinero, va a resistirse a adquirir un reloj del que todo el mundo sabe su precio?
Parece que, finalmente, se ve luz al final del túnel. Los departamentos de marketing y de formación son siempre las primeras víctimas de los recortes en tiempos de crisis, pero el primero es uno de los que antes se beneficia de los síntomas de la recuperación y de la pérdida de miedo en las empresas.
Según un estudio publicado por Carat, que recoge la revista IPMARK, la inversión publicitaria podría crecer un 6,8% en España durante el presente ejercicio. De hecho, han revisado al alza sus previsiones, que inicialmente estaban previstas en un 3,3%.
Destaca también, en sus estudio global, el crecimiento de la inversión en mobile (de hasta un 50%) y en RRSS, en donde las principales beneficiadas serán Facebook y Twitter, a través de sus tweets patrocinados.
Con respecto a los medios tradicionales, la televisión sigue contando con el mayor porcentaje de inversión global en 2015. Las revistas mantienen su tendencia a la baja, y serán superadas por la publicidad exterior y por la radio.
Acudimos al European Ecommerce Conference, organizado por Asociación Española de la Economía Digital, en el Palacio Euskalduna en Bilbao con bastantes expectativas, y tal vez por ello, salimos un poco desilusionados.
La conferencia inaugural de Gómez del Pozuelo ya nos dejó un poco fríos. Estaba claro que, al igual que en las bodas de Caná, habían optado por dejar el vino bueno para más adelante, lo que desde mi humilde punto de vista fue un error. Eso no se hace, y menos después de la presentación de tres representantes institucionales, porque corres el riesgo de que se te muera la audiencia. El caso es que sus 20 augurios sobre el «hacia dónde vamos?» nos dejaron a todos bastante fríos, algunos por obvios y otros por parecer que estaban simplemente al servicio de un neologismo con ambición de perdurar.
También hay que señalar que los medios técnicos no ayudaron en absoluto a relajar a los ponentes, ya que en estos eventos tecnológicos te quedas con la impresión de que debiéramos ponernos todos a trabajar en desarrollar un mando a distancia para pasar diapositivas que funcione en condiciones, o un bote de ketchup que realmente sea eficiente, dos de las grandes deudas históricas del hombre con el progreso.
Tras el índice de obviedades de la presidenta de Adigital, nuestro listón de expectativas estaba bastante bajo y, entonces, apareció Juan Pablo Puerta, de Soundcloud, para recordarnos que hay gente francamente brillante, y no sólo en el Instituto Tecnológico de Massachusetts o en las divertidas oficinas de Google o en Infinite Loop, sino que allí mismo, sobre el escenario, aún con los mediocres medios técnicos puestos a su servicio.
Lo primero que hizo Juan Pablo fue decirnos que allí no había ido a hablarnos de su libro. Y se notó. Y se agradeció. Y tras una exposición entretenida y brillante (con la que sin duda se debiera haber abierto la serie de conferencias) nos quedamos con una idea clara y fascinante: las mejores propuestas creativas vienen cuando se rompen las barreras interdisciplinares, cuando diferentes equipos con diferentes especialistas comparten su día a día y aprenden, no sólo de su ámbito de actividad, sino que también de los problemas que afectan a diferentes perfiles de diferentes departamentos de su misma organización. El ponente se llevó un aplauso que se mereció todas y cada una de sus palmadas.
De Moshe Hogeg, que llegó a continuación, aprendimos que la idea más tonta (y me refiero a la app Yo) puede convertirse en un éxito indiscutible de descargas aunque eso es algo que, particularmente, hace tiempo que sospechaba. El problema es que nunca consigo que se me ocurran ideas suficientemente tontas. Claro que al final, a la hora de hablar de habas contadas, la callada por respuesta. Porque conseguir que una aplicación se convierta en algo viral y que llegue a millones de personas el extraordinariamente difícil. Pero conseguir que una aplicación que ha llegado a millones de personas sea económicamente rentable… eso es prácticamente imposible. Preguntado el señor Hogeg sobre su modelo de negocio, pudimos escuchar claramente su respuesta: «cri – cri» (pausa) «cri – cri» «Si… esto… Si tenemos 5.000.000 de usuarios y preguntamos quién quiere pizza, seguro que hay 5.000 que levantan la mano.» Vamos… modelos de soporte publicitarios puros y duros. Nada nuevo bajo el sol.
Si llevas a un grupo de primeros espadas a unas jornadas, quieres que te hablen de sus experiencias, y no que se conviertan en comerciales de lujo.
Según avanzaba la conferencia, se asentaba la idea de que los modelos de negocio son sólidos en tanto en cuanto puedas convencer a un business angel para que inyecte 40 u 80 millones de dólares en tu idea; y aún peor: la de que aquel escenario era un auténtico soporte publicitario en sí mismo, porque todos cuantos allí aparecieron a partir de ahí se dedicaron a hablar de sus productos y servicios. Y eso no está bien. Si llevas a un grupo de primeros espadas a unas jornadas, quieres que te hablen de sus experiencias y no que se conviertan en comerciales de lujo.
Niall Wass, de Über, nos vendió las bondades de su servicio, algo que ya tiene colgado en su web. Para eso no tenía que venir hasta Bilbao. Pero bueno, el titular ya lo tenía garantizado. Y anda que no tendría experiencias interesantes para compartir, como… qué hacer cuando tienes a una parte de la opinión pública a favor y al sector y a todas las instituciones de uñas, cómo sacar adelante un proyecto de amor / odio o cómo adaptar tus ofertas a las diferentes normativas internacionales. En fin, una ocasión desperdiciada.
A partir de ahí, Marshall Porter con su inglés sobrerrevolucionado empezó a hacer mella en mi paciencia. Y eso que su discurso sobre la internacionalización era, en principio, prometedor, pero acabó convirtiéndose en otro spot, así que cuando llegó Matt Doris a hablar de la red de microemprendedores de Etsy, malamente encajado después del almuerzo, yo ya estaba en pista de despegue.
De los demás speakers no puedo decir nada más porque me fui. Tenía demasiado trabajo y una desagradable sensación: llevaba mucho rato haciendo algo menos relevante que las tareas que se acumulaban en min agenda. Seguramente cometí un error y, tras mi deserción, llegaron ponentes interesantísimos con apasionantes capacidades de comunicación y con un mensaje pertinente y bien enfocado. Pero esas referencias habrá que buscarlas en otro blog, en el blog de algún señor con más paciencia que la que yo tengo.
¿Algo más que destacar? Creo que el moderador hizo un excelente trabajo. La mesa redonda de e-commerce leaders fue a mayor gloria y honor de Pablo de Porcioles, claro que, en comercio electrónico, e.dreams juega en su propio campo. Y con respecto al premio EEC Launch entregado por Cofidis a Bugaloop fue, cuando menos, entrañable. Aunque me temo que, si alguien tiene que recurrir a Cofidis para financiar un start-up, con TAE’s de hasta el 25%, va a tener una dificultad añadida en su camino.
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