¿Bibliotecas públicas digitales?

¿Bibliotecas públicas digitales?

Dos de Octubre, segundo día de celebración de Liber, en la Fira de Barcelona, una jornada que gira en torno al préstamo bibliotecario de eBooks. El viceconsejero de Cultura, Juventud y Deportes, Joxean Muñoz, presentó el proyecto de préstamo de libro digital que impulsa el Gobierno Vasco. La biblioteca digital de Euskadi supone una apuesta novedosa y única en el Estado y despertó gran expectación en el sector profesional.

La biblioteca Pública Digital de Euskadi es una iniciativa del Gobierno Vasco para el fomento de la lectura en el entorno digital, que permite el acceso legítimo a libros electrónicos en forma de préstamo controlado, para su lectura en dispositivos móviles y ordenadores.

Esta iniciativa, que constituye un valioso apoyo para el sector editorial, pondrá un amplio catálogo de títulos digitales al alcance exclusivo de los 540.000 socios de las bibliotecas integrados la Red de Lectura Pública de Euskadi.

Es un sistema por el que se benefician todas las partes, la red pública de bibliotecas, los lectores y las editoriales, a las que el departamento de cultura compra una serie de licencias de préstamo temporal(hasta 21 días)  en paquetes de 20 usos, y sin permitir la concurrencia de préstamos en cada título. Los libros son prestados con sistema anticopia DRM o a través de modelo de lecture en streaming, existiendo en todo momento la posibilidad de que el lector adquiera el libro en propiedad.

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Por la tarde, Imanol Agote, Director de Patrimonio Cultural del Gobierno Vasco, participó en la Mesa Redonda “Mas allá del libro electrónico en las bibliotecas digitales”, junto con Lluis Pastor, Presidente de la Unión de Editoriales Universitarias Españolas, y Carme Fenoll, Jefa del Servicio de Bibliotecas de la Generalitat de Catalunya. Parece que hay unanimidad sobre el “hacia donde vamos”: hacia la lectura digital.

Sin embargo, los roles de los actuales agentes de la cadena se desdibujan. Los editores parecen evolucionar de una puesta a disposición de contenidos a una propuesta de servicios alrededor del contenido. Incertidumbres rodeadas de entusiasmo e ilusión por participar en el cambio de modelo.

Sobre traducciones y documentos digitales…

Sobre traducciones y documentos digitales…

Recientemente, uno de nuestros clientes nos solicitó que mandásemos traducir a ruso varios de sus catálogos. Los necesitaba con urgencia porque estaban en las últimas fases del proceso de obtención del GOST, el certificado de conformidad con los estándares rusos, requisito obligatorio para poder exportar sus productos a ese país. Dicha traducción era parte de los requerimientos del proceso.

De partida sólo contábamos con los pdf’s de sus antiguos catálogos y los archivos word que nos envió el traductor. Coser y cantar. Pero no tanto.

Integrar los textos fue bastante complejo, ya que es relativamente fácil maquetar una traducción con unos guarismos que conoces, porque puedes recordar palabras y hasta frases, aunque suenen a finlandés. Pero cuando hay que retener en la memoria cosas que suenan a ruso, como «Наши ведущие позиции на рынке поддерживаются проектным отделом компании», en donde no tienes claro si escribes en mayúsculas o en minúsculas (Dios mío, esta gente se escribe los e-mails a gritos), el trabajo se complica un poco. Edurne, nuestra diseñadora, nos recordaba constantemente que las traducciones en «ruso» son trabajo para «chinos».

Cuando todo estuvo finalizado, subimos los catálogos a la web e informamos al cliente. Obviaremos lo divertido que es buscar etiquetas en HTML rodeadas por guarismos cirílicos… Poco días después, el cliente nos informó de que todo iba bien, excepto uno de los archivos, que no se podía descargar, porque el navegador se bloqueaba. Curiosamente, era el que menos pesaba de todos ellos. Rápidamente comprobamos que funcionaba bien en Safari para MacOS, en Chrome, en Firefox, en Opera, desde el iPhone… incluso desde un Netscape instalado en un viejo MacBook pro… y, sin embargo, en Explorer 11 sobre Windows 7 «cascaba».

chiste c&p 77Ya nos disponíamos a bucear entre la miríada de opciones que ofrece Acrobat para optimizar un pdf, cuando reparamos, con cierta incredulidad en el nombre del archivo: mientras que a los cuatro primeros les dimos nombres en inglés, éste último se llamaba «general-Генеральный каталогlow.pdf». Cambiamos el nombre a «general-catalogue.pdf» y todo funcionó como la seda. Se conoce que, al Explorer, no le sientan bien ni los caracteres rusos ni la diversidad en los seres humanos. Microsoft: siempre a la retaguardia de la vanguardia.

Tuvimos suerte porque descubrimos el problema a rápidamente y nos ahorramos unas cuantas horas de dar vueltas con rumbo a ninguna parte. Y por si fuera poco, sacamos un tema para este artículo que añadimos a este humilde blog. Si nuestra experiencia puede ayudar a alguien, nos daremos por satisfechos.

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