Todas las empresas tienen un logotipo, más o menos adecuado, que les representa.
No es extraño que para la realización de muchos de los logotipos que vemos en circulación hayan tenido orígenes muy diversos, como puede ser el simple encargo a familiares y amigos, la solicitud a la propia imprenta encargada de realizar la papelería, la descarga de imágenes desde páginas web especializadas en su diseño y distribución o en otros casos, no siempre los más frecuentes, por encargo a una agencia de profesionales de la publicidad y el diseño. Sin embargo, son pocas las empresas que cuentan con un manual de identidad corporativa (tal vez debiéramos hablar de identificación corporativa) adecuado a sus necesidades.
¿Qué es el manual de identidad corporativa?
El manual de identidad corporativa contiene la normalización básica de una marca para su correcta aplicación y comprensión. Muestra el origen de la marca, las pautas para su reconstrucción, la zona de seguridad para su implantación, el tamaño mínimo de reproducción, y los usos correctos en cualquier situación, así como los prohibidos y los no recomendados. También hace mención a las paletas de color en sus diferentes técnicas de impresión (cuatricromía, tintas planas, referencias Pantone, sus equivalencias en RAL, colores seguros para web…) y a las tipografías corporativas.
Este manual es de gran utilidad, sobre todo cuando nuestra marca va a ser utilizada por terceras personas (ferias, delegaciones exteriores, proveedores en mercados remotos…) ya que les ofrece la información necesaria para que el uso de la marca sea el correcto para su correcta comprensión, y para su exposición internacional. No olvidemos que la marca en sí es uno de los mayores activos con los que cuentan las empresas, ya que es depositaria, no sólo de la notoriedad, sino que de la buena imagen que ésta tenga, o pueda acumular, de sus productos y servicios.
La existencia del manual de marca es la única posibilidad de que ningún tercero modifique la forma que tenemos establecida y reconocida para comunicarnos con nuestros distintos públicos. Así, la coherencia y la permanencia de nuestra imagen en el consumidor serán lógicas y efectivas.
¿Es necesario un manual de identidad corporativa?
La respuesta es que sí, es una herramienta esencial para las empresas y debe acompañar a la marca desde un primer momento. Si la empresa ya cuenta con un logotipo adecuado, muchos estudios o agencias de publicidad pueden desarrollarlo, vectorizando el existente, y haciendo un estudio pormenorizado del mismo, lo que ayudará a los responsables de la marca en los diferentes mercados a seguir una normativa preestablecida, evitando continuas modificaciones en la marca que pueden acabar desvirtuándola e incidiendo negativamente sobre su valor.
Cualquier empresa con vocación de internacionalización pretende hacerse un lugar en diferentes mercados, lo que significa que su marca habrá de estar presente en todos ellos de una manera u otra: originales de prensa, catálogos, web, elementos arquitectónicos, ferias, patrocinios… da igual el país, el soporte o el motivo. Al final habrá tantos manipuladores (agencias, impresores, medios de comunicación, servicios feriales…) como países e iniciativas, pero la forma de comunicar la marca habrá de mantenerse como una constante. Para ello, un manual de identidad corporativa será una herramienta de un valor incalculable.
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