por Alberto F. Carvajal | Oct 3, 2016 | Estrategia
Si echamos la vista atrás, vemos que las grandes tecnologías que han cambiado el modo de vida de nuestras sociedades han sufrido un periodo de maduración y latencia, más o menos largo que, según avanza nuestra sociedad, ha ido reduciéndose en el tiempo. Si el automóvil tardó 60 años en llegar a todas las clases sociales, las tecnologías móviles apenas han precisado de 20.
Pensemos por un instante cómo ha cambiado el mundo con el desarrollo de tecnologías como el telar de vapor, el ferrocarril, el automóvil, el teléfono, la televisión, la aviación, los ordenadores personales, Internet, la telefonía sin hilos… y ¿más reciente qué? ¿Cuál puede ser la tecnología, en desarrollo, esa gran revolución llamada a cambiar el mundo? Si has pensado en la impresión 3-D, probablemente has pensado bien.
Hace apenas unos años las primeras impresoras de modelos industriales en 3-D despertaron un gran interés. Recuerdo que trabajaba en el año 2006 para una empresa que adquirió tres al «módico» precio de 60.000 € cada una. Eran aparatos muy voluminosos, lentos, de baja resolución, limitados por el material utilizado (plástico ABS) y por volumen de las reproducciones, sin mencionar lo sumamente caros que eran sus fungibles (un cartucho costaba cerca de 600 €). Sus aplicaciones eran muy limitadas, siendo principalmente el modelaje industrial.
Una de las barreras de la impresión 3-D está siendo la dificultad del modelado por parte del público en general.
Poco a poco hemos asistido a un fenómeno de democratización del sistema y se llegó a pensar que el futuro de la impresión 3-D era su adopción por parte del público residencial, de manera análoga a la «domesticación» de los ordenadores que se vivió en los años 70-80. Sin embargo, una impresora 3-d es un aparato sencillo de usar pero muy complejo de «programar» para el común de los mortales. Para diseñar en 3-D es necesario tener conocimientos de dibujo vectorial, así como una visión en esas tres dimensiones, lo que hace muy difícil materializar nuestras ideas utilizando aplicaciones de diseño tridimensional, incluso las más simples, como Sketch-up, y ni qué decir de otras como Solid Works, AutoCAD, Maya, Blender… dirigidas a un perfil más especializado. Es por ello que el usuario doméstico se convierte así en un actor pasivo de la tecnología: reproduce lo otros ponen a su disposición pero no está a su alcance la generación de contenido, y por ahí, el «engagement» necesario para universalizar un producto, no puede funcionar. Sirva de ejemplo Internet, que sufrió un cambio cualitativo en cuanto el usuario pasó a ser parte activa de la generación de contenidos a través de la web 2.0 y la aparición de las RRSS.
Y es que, tal vez, la eclosión de la tecnología 3-D, su gran revolución, esté predestinada a ir de mano del sector que la vio nacer: el sector industrial. En la actualidad el testigo ha sido recogido por la industria médica y la robótica, pero la evolución de los sistemas de impresión en 3-D apuntan al desarrollo de cabezales de impresión para los más variados materiales, como el cristal, el acero, el aluminio, etc. La parte «gruesa» de la tecnología ya existe, pero el desarrollo auténtico de la misma está en el proceso de «fine tuning», de especialización. Trabajar en grandes volúmenes, sistemas multi-material y en la rapidez de replicado, va a permitir dar un paso de gigante en la Industria 4.0, hasta tal punto que no sería descabellado empezar a hablar de Industria 5.0: un nuevo paradigma en la que la digitalización y la interconexión de procesos afecte al propio core del negocio.
Hagamos un sencillo ejercicio, pensemos por un momento en en las implicaciones que este nuevo modelo tendría a nivel mundial: imaginemos fábricas que trabajan sólo bajo pedido, imprimiendo exclusivamente cada uno de los componentes que necesitan para la fabricación de cada una de las unidades de venta. Pensemos en procesos como el fundido, el moldeado, o el mecanizado, el lapeado, la soldadura de asientos… procesos intensivos en mano de obra cualificada, que pudieran pasar a la historia dentro del proceso productivo. Visualicemos fábricas en las que el software controle todo el proceso productivo, centros de producción que intensifiquen la demanda de perfiles técnicos y de programación y que reduzcan al extremo la necesidad de mano de obra en la plantas de producción, factorías capaces de producir y ensamblar, directamente desde el programa de modelado, uniendo tecnologías de impresión 3-D y sistemas de robótica industrial, una bicicleta con todos sus componentes: pedales de magnesio, cuadro de carbono, ruedas de caucho, llantas de aluminio…
¿Qué razón de ser tendrá la deslocalización de las empresas, cuando el coste de la mano de obra no sea un factor relevante?
Pensemos en las implicaciones que todo esto tendría en el juego del equilibrio económico a escala planetaria. A partir de los años 80 se inició una desindustrialización de los países del primer mundo en busca de mano de obra barata, una paulatina apertura de plantas de producción en países en vías de desarrollo con gobiernos estables como China, Brasil, India, México, Vietnam, Europa del este… ¿Qué razón de ser tendrá seguir manteniendo externalizada una producción, si la mano de obra es una variable irrelevante en el desglose de costes de producción? Es más: ¿hasta qué punto no se verán penalizados los países que actualmente fabrican para el primer mundo, por los costes derivados del transporte? ¿Veremos un renacimiento del sector industrial en los países desarrollados? ¿Cómo podrá resistir el delicado equilibrio económico de los países emergentes la retirada de plantas productivas de los países del primer mundo? ¿Nos enfrentaremos a un aumento geométrico de las desigualdades en función de la «tecnificación» de las sociedades? Para bien o para mal, todo parece apuntar en esa dirección.
El I+D avanza de manera imparable en tecnologías de reproducción: tanto en sistemas de impresión que emulan la fabricación tradicional (mecanizado) o aquellos de impresión aditiva. Se mantiene una evolución constante en las diferentes tecnologías: fusion deposition modeling -FDM-, fused filament fabrication -FFF-, estéreolitografía -SLA-, sintetizado selectivo láser -SLS-, poly jet photopolimer -PJP-, syringe extrusion, selective laser melting -SLM-, electron beam melting -EBM-… y seguramente en muchas más de las que no he oído ni hablar. Como puedes ver, es todo un mundo en ebullición.
Es posible que aún estemos lejos de conseguir sistemas de impresión en 3-D que abarquen todos los materiales, formas y tamaños que requiere la producción industrial, o las utópicas impresoras multimaterial en continuo pero, en cualquier caso, seguro que estamos mucho más cerca de lo que estábamos hace un año.
por Alberto F. Carvajal | Jul 11, 2016 | Comunicación, Estrategia, Marketing
We are testers es una comunidad que realiza un trabajo revolucionario: responde encuestas y da su opinión sobre las empresas que están adscritas al sistema. Hasta aquí todo es normal.
La diferencia estriba en que las personas encuestadas reciben un dinero a cambio de su valoración sincera. Esto supone una novedad en el mercado, ya que el target se convierte en parte activa del proceso de investigación motivacional. Si la información aportada es valiosa para las empresas, ¿por qué no cobrar por ella?
Posiblemente te preguntarás, ¿sobre qué se opina?. Muy simple, puedes responder a preguntas sobre tu experiencia al visitar una tienda física, sobre cómo de cómoda e intuitiva es la navegación a través de su pagina web y, por supuesto, sobre qué te parecen los productos o servicios que ofrecen las empresas que contratan los sondeos de opinión.
Si vas a acudir a algún evento echa un vistazo a las redes sociales porque es muy posible que tengas una gran oportunidad para opinar sobre el mismo. Allí publican casi diariamente los negocios que necesitan de tu colaboración. En la comunidad interesa saber mas de ti, por eso al registrarte te pedirán que incluyas cierta información sobre tus gustos personales, aficiones. Así te llegaran encuestas adaptadas a ti, donde puedes demostrar que eres un consumidor cualificado en esos temas.
El sistema tiene beneficios para todas las partes; por un lado el encuestado gana un dinero extra por expresar su opinión, que es algo que a todos nos gusta y por otro, la empresa puede ver que imagen de su negocio tienen los consumidores desde fuera y cuales son los puntos a mejorar. Obtendrán los resultados a tiempo real y solo los pueden ver ellos. Además si lo consideran necesario puede interactuar con los clientes respondiendo sus dudas.
El actual modelo de Prosumer se caracteriza por ser muy proactivo, y es susceptible de dar su opinión en cualquier momento. Por eso, para que le resulte mas cómodo puede descargarse la app móvil y llevarla siempre encima. Ha nacido una nueva forma de colaboración en la todos podemos aportar nuestro punto de vista y beneficiarnos de ello. ¡No te quedes atrás!.
+ info: http://www.wearetesters.com
por Alberto F. Carvajal | Oct 13, 2015 | Comunicación, Estrategia, Marketing Digital
Un año más Carvajal&Portell estuvo presente en Liber, la gran cita internacional del
libro es
España que se celebró la semana pasada en Madrid.
Liber 2015 volvió a contar con la Zona Digital donde se presentaron las últimas innovaciones en el ámbito de la edición: digitalización, dispositivos de lectura, formación, comercialización, distribución y marketing online,…
Según la Federación del Gremio de Editores, la facturación del libro digital se incrementó en España un 37,3% en 2014 hasta alcanzar los 110 millones de euros.
La lectura en pantallas no deja de crecer. Los dispositivos móviles aumentan en pulgadas haciendo más cómoda la lectura, tanto de contenidos de ocio como profesionales. El Informe Fundación Telefónica indica que España es líder dentro de los países más relevantes de la Unión Europea en penetración de ‘smartphones’, con un 81% de teléfonos inteligentes sobre el total de móviles, lo que supone diez puntos por encima de la media.
La edición digital es uno de los campos en los que Carvajal&Portell es pionero tratando de acercar a sus clientes tecnologías útiles para ayudarles a conseguir sus objetivos.
por Gabriel Portell | Jul 13, 2015 | Estrategia
Los emprendedores europeos, del sector tecnológico están de enhorabuena. Desde la Comisión Europea nos llegan buenas noticias, ya que se ha lanzado Startup Europe, un programa enmarcado dentro del Plan de Acción para el Emprendimiento 2020 de la Agenda Digital Europea.
Startup Europe pretende fortalecer el ecosistema empresarial para los emprendedores del sector tecnológico, y que de esa forma sus ideas y negocios puedan comenzar, crecer y progresar dentro del marco de la Unión Europea. El principal punto fuerte radica en la conexión que establecen entre las mejores startups y los grandes corporativos.
Entre los objetivos de esta iniciativa encontramos el de reforzar la unión entre las personas, las empresas y las asociaciones que forman el ecosistema de las startups del sector TICs. También se pretende inspirar a los emprendedores, ofreciendo modelos a seguir y, como último fin, llevar a cabo la creación de nuevas startups creativas e innovadoras.
A lo largo de los procesos, tanto las empresas de nueva creación como aquellas que se encuentren en crecimiento, podrán contar con el asesoramiento, la asistencia legal y el networking por parte de los fundadores del proyecto. Así mismo, el proyecto incluye una zona de cursos y eventos repartidos por diferentes ciudades europeas, así como enlaces a redes específicas para jóvenes o mujeres emprendedoras.
Más información: http://startupeuropepartnership.eu/
por Alberto F. Carvajal | Sep 30, 2014 | Branding, Estrategia, Marketing
Son muchas las preguntas a las que se enfrenta un departamento de marketing a la hora de establecer la sintonía fina de un producto.
Y es lógico que salten muchas dudas al ruedo, ante lo complejo de un mercado tan complejo como en el que se desarrollan, día a día, las batallas por el cliente. ¿Es el precio más bajo que puedo establecer, para ser competitivo y seguir siendo rentable? ¿Hasta qué punto influirá en la percepción de calidad, por parte de mi público objetivo, dicha política de precios? ¿Tiene mi producto las cualidades y las funcionalidades que demanda el mercado? ¿He escogido bien el mix de comunicación para poder llegar hasta mi target? ¿Estoy haciendo bien mi trabajo en redes sociales? ¿Es correcto el flujo de información que entrega mi website? ¿Es suficientemente atractivo? ¿Ofrezco más que mi competencia? ¿Por el mismo dinero?
Podríamos llenar un gigabite de disco con preguntas como éstas, y eso es hacer muchas preguntas. Pero la pregunta más importante que debemos hacernos desde un departamento de marketing sería: ¿Confía mi público objetivo suficientemente en mí, como para creerse todas mis promesas? SI la respuesta no es un rotundo sí, el resto de los interrogantes pierden su importancia.
SI tienes un producto o servicio competitivo, adecuado y honesto, pero no el suficiente nivel de ventas, analiza detenidamente la confianza con la que tu público te percibe. Primero preocúpate por ganar esa confianza. Y preocúpate mucho. La sintonía fina vendrá después.
por Alberto F. Carvajal | Feb 21, 2014 | Estrategia, Redes Sociales
La mayor parte de las empresas no cuentan con una estrategia clara, ni se fijan unos objetivos concretos, a la hora de apostar por su presencia en las redes sociales. Esto es así hasta tal punto, que en muchas ocasiones no es extraño encontrarse con pequeños negocios locales que han desarrollado una sólida estrategia social, de la que claramente se benefician, mientras que grandes corporaciones hacen esfuerzos baldíos por mantener una presencia de la que no obtienen suficiente retorno que compense la inversión.
¿Qué están haciendo mal las empresas -y nosotros, sus agencias- que hace parecer que marchan con el paso cambiado en materia «social»? ¿Cuáles son los principales errores que cometen? Quiero aprovechar esta entrada para marcar una serie de apuntes, sin otra pretensión más que para que sirvan de punto de inicio a la reflexión.
1-Ceguera.
Hay que definir claramente que se espera de las redes sociales. Una empresa industrial no puede esperar vender productos al público residencial. Las amas de casa no están interesadas en cojinetes. Sin embargo, su presencia en social media puede ser una extraordinaria estrategia de SEO, o de imagen de marca. Ir a las redes sociales sin antes definir un plan de actuación y unos objetivos, es como intentar navegar por internet a ciegas… es muy probable que se acabe en un casino online. O peor.
2-Dispersión.
No todas las redes sociales son interesantes para una empresa, y mantenerlas al día cuesta un esfuerzo laboral y financiero importante. Es por ello que se hace necesario seleccionar bien, establecer unos objetivos y apostar con decisión para alcanzarlos.
3-Narcisismo.
Las empresas tienden a hablar continuamente de sí mismas, de lo que hacen y, sinceramente, eso suele ser poco relevante para su público potencial. Si la presencia online fuese sólo para el autobombo, esta entrada estaría hablando de Carvajal&Portell y, probablemente, no te habrías parado a leerla. Lo que es interesante es saber qué le preocupa a tus clientes, y ofrecerles esa información, aportándole valor añadido y demostrando que sientes sus mismas inquietudes y que eres un experto en tu sector de actividad. Una red social NO es un canal de venta. Una red social, puede ayudarte a vender.
4-Estanqueidad.
Hay muchas empresas en las que la información interdepartamental no fluye con naturalidad. La gestión de las redes sociales no incumbe sólo a marketing, o a RRHH, es una actividad que debe involucrar a todos los departamentos de una empresa pero, la responsabilidad última de la gestión debe estar en manos de un único departamento, un departamento con una decidida orientación a cliente.
5-Mi anillo… mi tesoro…
Es muy característico de las empresas con un modelo de negocio B2B, proteger los datos hasta el punto de que nunca llegan a hacer uso de una información que podría posicionarles favorablemente en el mercado, por miedo a que sus competidores tengan acceso a esa misma información. No se trata de publicar en luces de neón la fórmula de la Coca Cola, pero hay que ser conscientes de que, los líderes en cada mercado, las empresas competidoras de referencia, no suelen destacar por guardar silencio.
6-Tacañería.
Si una empresa apuesta por su presencia en redes sociales, debe asignar un presupuesto razonable. Es muy habitual que las empresas designen a un becario o a otro perfil sin experiencia y multitarea, para algo tan importante como gestionar su presencia de cara al gran público. Eso es un error. Las empresas deben dedicar atención, esfuerzos y recursos a potenciar su presencia en redes sociales. Al mismo tiempo deben apoyar esta presencia por estrategias SEM muy bien segmentadas, y lo que es más importante… medir, medir y medir. Analizar la pléyade de métricas disponibles en las campañas online, y optimizar constantemente el gasto en busca de alcanzar los objetivos inicialmente establecidos.
7-Falta de actividad.
Si tienes un canal abierto, aliméntalo o ciérralo. No lo dejes languidecer demostrando a tus posibles clientes que eres ineficaz en algo tan básico como la comunicación. Por precios más que razonables, se puede mantener vivo una red social, con información mensual, actualizada y relevante.
8-Obsesión por los seguidores.
Es mejor conseguir un puñado de seguidores relevantes, que cientos de miles que te ignoran. Esta premisa se explica en sí misma.
9-Sordera.
Uno de los principales valores de las redes sociales es su capacidad de retroalimentación. Ningún estudio sirve para decirte qué hacer para conducir tu empresa a buen puerto, pero sí que sirven para decirte qué no debes hacer. Escucha a tu público y contesta con honestidad. Sólo así serás capaz de aportar valor en el mercado.
10-Ni apocalípticos, ni integrados.
En cierta ocasión tuve la capacidad de conocer un consultor que hablaba de las redes sociales, a un cliente común, como si fueran el Bálsamo de Fierabrás. Era una de esas personas capaces de encajar cinco veces la palabra paradigma en una frase (juro que la frase no tendría más allá de 16 ó 18 palabras) Admirable. Admirable e inútil. Por otro lado hay personas a las que les he oído decir que «no creen» en las redes sociales. Como si lo que ellas creyesen o no fuese relevante para que las realidad de su entorno exista o deje de existir.
Es cierto que no se deben levantar expectativas que no se pueden cumplir. Pero también es cierto que nuestra ignorancia no puede ser el eje de nuestros análisis (parafraseando a Machado: «Castilla miserable, ayer dominadora, envuelta en sus harapos desprecia cuanto ignora.»). Es normal que el mundo evolucione a mayor velocidad de lo que hacemos nosotros, pero no podemos vivir para siempre en el pasado.
Las redes sociales no son la herramienta de marketing definitiva, ni mucho menos. Ni tampoco son producto de una moda pasajera, son el resultado de la evolución de la capacidad comunicativa de las sociedades avanzadas. Están ahí, a nuestra disposición y van a seguir estándolo ya para siempre. No van a resolver nuestros problemas, pero si somos astutos, las podremos utilizar a nuestro favor. Eso sí, serán siempre un elemento más, y relevante, del mix de comunicación que nos permita alcanzar nuestros objetivos. En nuestra mano estará siempre adaptarlas a la medida de nuestras necesidades.
Probablemente habría otros apuntes mucho más interesantes que aportar a un debate serio y sesudo, pero por lo que a mí respecta, los que he puesto sobre la pantalla ya suman 10, que es una cifra redonda -algo así como un hito-, bonita y más que respetable para un simple publicitario, que no es más que una persona que observa lo que tiene a su alrededor y dice lo que le parece. O lo que le dejan.
Alberto F. Carvajal